Batalla de Inglaterra.
Tras la evacuación de las tropas británicas
en Dunkerque y la derrota francesa, era evidente que el siguiente paso que
daría Hitler
sería la conquista de las Islas británicas.
Sin embargo, la superioridad de la marina británica
sobre la alemana, alejaba el peligro de un desembarco inmediato.
En el mes de julio de
1940 se iniciaba el “Blitz”, una
batalla fundamentalmente aérea en la que grandes formaciones de aviones alemanes llevaron a cabo constantes incursiones
en territorio británico. Las principales ciudades del Reino Unido, especialmente
Londres, fueron bombardeadas, a
pesar de la contundente oposición de la RAF (Royal Air
Force) británica.
Los
objetivos no eran solo militares, sino también y, esencialmente, civiles. Los bombardeos se desarrollaron con la
pretensión de desmoralizar a los británicos
y forzar la capitulación del gobierno. Londres,
Coventry, Liverpool, Portsmouth y otras importantes ciudades
sufrieron graves desperfectos, la población civil cuantiosas bajas. Muchos niños
fueron evacuados a las áreas rurales para ponerlos a salvo de las bombas.
En octubre de 1940, tras la grave derrota sufrida el 15 de septiembre por la mayor
concentración de aparatos alemanes que volaban hacia Londres, el Alto Mando
Alemán dio por concluidas las misiones aéreas.
Tras la "Guerra
relámpago" llevada a
cabo con absoluto éxito por los generales alemanes, la Batalla de Inglaterra inauguró una guerra de desgaste, para la que Hitler no estaba preparado. La irrupción de Estados Unidos en la guerra se aproximaba. A través de la
" Ley de Préstamo y Arriendo" (marzo de 1941), los
norteamericanos concedieron a Reino Unido un crédito
ilimitado, a ser devuelto una vez terminado el conflicto. La ayuda americana fue decisiva para la defensa de las
islas. Los submarinos alemanes (U-boats)
causaban grandes bajas entre los convoyes que surcaban el océano Atlántico con
equipamiento militar, medicinas y alimentos procedentes de los Estados Unidos.
El papel de la Royal Navy en su
defensa resultó tan eficaz como decisivo.
La Batalla de Inglaterra supuso un importante obstáculo en los cálculos expansionistas de Hitler. Abrió
una importante brecha en el extremo occidental de Europa. Tras la invasión
de Rusia en 1941, Alemania,
al igual que había ocurrido en la Gran
Guerra, se vio envuelta en dos frentes.
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